miércoles, 25 de septiembre de 2013

Recuerdos...

El ruido cuando se levantaba. El olor a tostadas de las ocho de la mañana en Mar del Plata. El gesto inconfundible de sus manos simulando un clarinete para despertarnos. La cara de mis viejos que querían seguir durmiendo. El infaltable diario de todos los días. Su ropa de laburo. Los treinta porotos de “la escoba de quince” los viernes. El guiño al adivinar la última carta que me quedaba en la mano. Los viajes en tren cuando siendo tan chicos todavía eran una novedad. Sus saludos a todo el barrio. El barrio saludándolo a él. Sus incansables ganas de hacer cosas todo el tiempo. Erico, Sastre, De la Mata, Zorrilla  y “Pusinesi”. Su carrera interminable para entender la tecnología. Su cara de sorpresa cuando descubrió Skype. Las preguntas recurrentes de todos los domingos. Sus panqueques. El inagotable buen humor. El amor incondicional por su mujer. Las batallas ganadas. Las perdidas. La mirada sincera de sus ojos verdes. Las arrugas que le ganan al tiempo. Brenda. Los diez de marzo. La discusión eterna entre el futbol de antes y el de ahora. Su frase de cabecera “Vos sí que la encontraste”. Su sonrisa que auguraba que todo va a estar bien.

Ufff la puta que te extraño Abuelo!!

lunes, 23 de septiembre de 2013

Pino, el peluquero.

Hay tres cosas que el hombre no puede cambiar durante toda su vida:
1) La familia.
2) El equipo del que es hincha.
3) Su peluquero.
Cualquier otra cosa puede ser reemplazable. Siempre.

miércoles, 18 de septiembre de 2013

Carta a Roberto Carlos

Sr. Roberto Carlos.
Me costó mucho comenzar esta carta porque no sabía si decirle estimado o no. La realidad es que no lo estimo. No sigo su música, no conozco mucho su trabajo, pero me veo en la obligación de redactar estas líneas porque lo que tengo para decirle, no sé si alguien se lo dijo alguna vez: Usted no puede tener un millón de amigos Maestro. No se ponga mal, piénselo un poco y si está leyendo esta carta de parado, le pido que se siente. Reflexionemos juntos.

lunes, 16 de septiembre de 2013

Empresario frustrado

Dicen que “la plata llama a la plata”. Conmigo le debe dar ocupado siempre. Los negocios paralelos definitivamente no son para mí. Todo el tiempo estoy pensando que más hacer para lograr un mango extra con inversiones ridículas (porque ante todo, UN CAGÓN).
Como fanático de las camisetas de futbol de cualquier lado del mundo, creí que esa podía ser una puerta al éxito económico. Lo único que debía conseguir era de donde exportarlas. Loquitos como yo debe haber en cantidad en Buenos Aires.

jueves, 12 de septiembre de 2013

D10S

Soy de esas personas que heredaron el catolicismo. En mi caso, por parte de mamá. Papá no es de creer, creo. Igual no le doy mucha pelota. Me dieron a elegir tomar la comunión y lo relacioné con estudiar, así que dije que no. Nadie me avisó que hubiese ligado plata.

lunes, 9 de septiembre de 2013

Historia de Taxi (no es la de Arjona).

Si hay una profesión solitaria en esta vida, es la de taxista. Está obligado a manejar solo todos los días esperando que un desconocido se siente en el asiento de atrás y le cante la intersección de dos calles. A eso sumale que la gente vive apurada, que prefiere ir mirando su celular antes de conversar con el chofer con lo cual, es como si continuara viajando solo.
No es mi caso. Si el taxista tiene ganas de conversar, le regalo el tiempo de mi viaje para que se saque las ganas.

viernes, 6 de septiembre de 2013

(No) Vamos de shopping...

Lo peor que pudieron haber hecho con los cines fue meterlos adentro de los shopping. Antes, uno iba un rato más temprano al cine, hacía la mágica fila, compraba el “Combo pareja” o su respectivo dependiendo de la época (no me vengan con compartir la gaseosa o comprar pochoclos chicos porque no me va), veía la peli y se iba a su casa.
Ahora, ir al cine viene acompañado de la experiencia previa de pasear en los shopping y para mí, ir en pareja a ese lugar es casi una tortura...

jueves, 5 de septiembre de 2013

Without Condiments

Creo que tengo un nivel aceptable de Inglés. Puedo mantener una conversación no muy fluida pero entendible a un ritmo normal con cualquiera que quiera hablarme o si necesito pedir algo. Pero en Francia, no me sirvió.

Que mal la estoy pasando!!

Juguemos a algo. Elegilo vos, me da lo mismo. Pero juguemos. Necesito competir. Necesito saber que te puedo ganar, pero más aún, necesito saber que no tengo chances de perder.
Si hay algo que detesto más que a las ensaladas, es perder a algo.

miércoles, 4 de septiembre de 2013

Dame fuego, dame dame fuego.

Hay días que en el laburo consigo irme antes. Compenso horas extras que quedan perdidas por ahí. Se festejan como si fuesen tres puntos jugando de visitante.
Un día como cualquier otro, cerca de las dos y media de la tarde, hago la pregunta de rigor:

- ¿Necesitan algo de mi?

Y ante la negativa de todos ya sabiendo lo que va a pasar, agarro la mochila y me voy.