Sí, nos compramos un auto.
Hace tres días que es nuestro y todavía no lo manejé ni 100 metros. Me
corrijo, ni siquiera lo puse en marcha.
El miércoles hicimos la transferencia pero se lo dejé en el garaje al
dueño anterior con la excusa de no tener todavía la póliza del seguro.
Ayer tuve la caradurez de pedirle que me lo traiga al laburo y me
llevara hasta casa porque “jamás maneje un auto con caja automática”. La verdad
que no pensé que me iba a decir que sí.
Como ya había hablado con el responsable de las cocheras de la vuelta,
llegamos y al toque nos abrió el portón.
- - Entralo. Tu cochera es la “7”.
Yo seguía en el asiento del acompañante con el cinturón puesto
inmutable.
El ex dueño del auto lo entró, lo metió entre la “6” y la “8” y ahí me
bajé a mirar.
Quince centímetros de cada lado. Nada más.
La sensación que tengo es que voy a tener que averiguar cuándo usan el
auto el de la “6” y el de la “8” para en ese momento yo poder estacionar el
mío.
Es como querer sentarse en el asiento del fondo del bondi cuando queda
uno sólo disponible, es el del medio y vos sos gordo. Sabes que a alguno de los
dos vas a tocar seguro.
Hoy pienso que tendría que haber arrancado con algo más chico. No sé,
una bicicleta por ejemplo.
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